sábado, 5 de marzo de 2011

sabiduria en mi nostalgia

Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva,
después de un pequeño silencio me preguntó:
“Además del cantar de los pájaros,
¿escuchas alguna cosa más?”
Agudicé mis oídos y en algunos segundos después le respondí:
“Estoy escuchando, me parece, el ruido de una carreta...”

“Eso es” -dijo mi padre-
“es una carreta vacía”.
Pregunté a mi padre:
“¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?
”Entonces mi padre respondió:
“Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.
Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y mirando por encima del hombro a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.
Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del‘Yo mismo’.
Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio, nutriendo.
Con cariño para todos.

1 comentario:

  1. La entrada me parece bonita como moraleja, pero lo cierto es que no todo lo bonito es verdad. En mi opinión, uno de los errores que solemos cometer la gente es ocultar nuestros conocimientos, valías, virtudes...Al contrario de lo que dice tu texto, yo pienso que lo que hay que intentar esconder son los defectos, la ignorancia y la estupidez humana.

    Un cálido saludo.

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